Desde esta área se planifica un aporte a los fines dramáticos, sumando tensión y extrañamiento a la imagen. La intencionalidad general es que el espectador pueda fijar su atención en el dramatismo que entrega cada imagen, ayudado fuertemente por lo que ocurre sonoramente; obteniendo como resultado final una fuerte intriga.Técnicamente, el sonido directo será tomado con un micrófono direccional de buena calidad. Debido a que todos los planos tienen accesibilidad suficiente para capturar la fuente sonora con una caña, se podrá prescindir de otro dispositivo. La grabación se hará en un grabador digital h4, valorizando del mismo su practicidad y la capacidad de transportar señal balanceada, gracias a su entrada XLR (compatible al micrófono). Ciertos sonidos deberán ser obtenidos de biblioteca por la complejidad de su captura, como por ejemplo, el disparo.
Además de las situaciones de suspenso y extrañeza, habrá música en las situaciones románticas. Para ambos estados nos serviremos de la obra de Angelo Badalamenti, quien ofrece la emotividad pertinente y da cohesión a las distintas intensidades dramáticas planificadas en el corto. Debe aclararse que en ningún caso se operará con melodías completas, y que las mismas no tendrán letra. En algunos casos se utilizará el contrapunto musical para exacerbar particularmente algún momento. Prevalecerá finalmente a lo largo de la película, la música de foso y los sonidos diegéticos.
Para la postproducción se usará el programa Vegas 9 Platinium, de la corporación Sony. Allí se perfeccionarán los tracks obtenidos durante el rodaje. Se realizará una ecualización diferente y minuciosa en las voces de los dos actores, como así también del resto de los sonidos.
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